Braulio la acorraló contra la pared, y sin perder tiempo le levantó la blusa. Ella no llevaba sostén. Desde que Harry había comenzado este lascivo negocio, ya no. Braulio, como todos, primero se detuvo, maravillado por la exquisitez y simetría de aquellas tetas. Luego procedió a chuparlas y lamerlas. Harry lo observaba todo desde atrás. Finalmente, carraspeó y le avisó a Braulio que su tiempo lamentablemente había concluido. Braulio no se detuvo. Harry suspiró y dió la orden. Su esclava, con un movimiento profesional de karate, derribó a Braulio al suelo. Aún sin cubrirse los abultados y bien formados pechos, urgó en los bolsillos de Braulio y le sacó toda la plata que tenía. "Para que respetes las reglas", le dijo ella cubriéndose las tetas, que mostraban marcas rojas de labios y saliva. Harry salió junto a ella, contando el dinero.

El día ya estaba por acabar, solamente faltaban dos clases para que el timbre sonara y se pudieran ir a sus casas, donde volvería a follar con su esclava incondicional. De repente entra el coordinador de esa sección, y los llama a ambos a la oficina del director. Todos los hombres del salón voltearon casi al unísono, sudando frío. No había ninguno que se salvara, todos ellos ya habían sentido el suave tacto y las lujuriosas bondades de la esclava de Harry, que por poco se orina de miedo. Cuando entraron, el director los esperaba. Cerró la puerta tras él, y Harry se dio cuenta de que el cerrojo estaba puesto. También que, increíblemente, había una carpa armada en los pantalones del director. "Espero que siendo tu director puedas obviar la tarifa, a cambio evitaré que ambos jalen el año, ¿les parece?". Harry asentió sin dudarlo.

El director le quitó la ropa a la esclava con muchos preámbulos, disfrutando cada momento, pero una vez que ella estuvo desnuda, tomó su cabeza y le hizo chuparle la pinga con un sentimiento muy cercano al odio. Harry se sorprendió de lo mucho que ella había mejorado las últimas 3 semanas. El director sacudió su pinga en la cara de ella, abofeteándola con su gorda polla. Devoró sus tetas lleno sumido en la locura, forzando mucha más leche de aquellas masas de deliciosa carne que patricio. Harry se asustó un poco cuando el director la posicionó sobre él, apoyándose sobre sus brazos, y empezó a lactar de los pezones a ritmo acelerado, como si ella fuera una vaca. A fuerza de obligarlos, las tetas de la pobre esclava comenzaron a ceder la fresca leche. Harry lo supo porque le dolía terriblemente verla llorar de dolor, y porque los labios del director estaban manchados de blanco, y cuando los separaba de los rosaditos pezones, éstos goteaban. El director pareció cansarse de sus tetas, y la llevó al piso. Le lamió las lágrimas de la cara, y sin aviso introdujo la pinga dentro de ella. Hasta ese momento, nadie había pagado la tarifa para tirar con ella, porque por el momento, había preferido mantenerla en secreto. Realmente le fastidiaba compartir esa concha, y ver como el director le lamía la cara y continuaba forzando la rica leche de sus tetas con sus peludas manos, mientras que su feo pene iba y venía... Realmente le jodía.

Con un gemido, el director sacó rápidamente la pinga de la concha de la esclava, y la introdujo en su culo, donde se vino completamente. Sydaba como cerdo. Cuando sacó su sucio miembro, una cascadilla blanca chorreó del culo de la esclava. El director se puso los pantalones y los dejó ir.

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